miércoles, 27 de marzo de 2013

¿Personas o robots?

Las nuevas tecnologías han cambiado por completo las costumbres, modos de vida y visiones del mundo de la sociedad. Antes, acceder a la información era un privilegio, tanto como ser portador y difusor de ella. Sin embargo ahora cualquiera tiene la posibilidad tanto de acceder a la información como de publicarla, y esto ha puesto en declive a la figura del periodista. Si desde el año 2000, en el que Internet comenzó a llegar a todos los hogares, la difusión de la información ha evolucionado tan notablemente, ¿qué pasará dentro de otros trece años?

Las nuevas tecnologías han traído consigo tanto ventajas como inconvenientes. Como bien dice Lorenzo Silva en el fragmento, por un lado es más fácil compartir con el mundo todas las inquietudes o datos que consideremos pertinentes, pero por otro lado esta facilidad conlleva a que todo el mundo sea capaz de hacerlo, por lo que hay un gran colapso de datos en la red y menos posibilidad tendremos de ser leídos o reconocidos.

Fuente: "Charla de borrachos"
La aparición de soportes en los que podemos escribir cualquier tipo de información y ser vista por cualquier internauta ha sido el comienzo del periodismo ciudadano. Este tipo de periodismo ha propiciado la pérdida del sentido y de la credibilidad de la propia profesión periodística. ¿Por qué comprar un periódico, si a través de internet podemos acceder a toda la información que queramos? ¿Qué función tiene un periodista, si ahora cualquiera puede informar de lo que quiera con total inmediatez a través de la red? El caso es que ahora el ser periodista o publicar en la red ya no está tan valorado como lo estaba antes. La gente quiere compartir sus experiencias, darse a conocer, destacar, mientras que en realidad hay millones de personas con los mismos objetivos.

Estamos siendo víctimas de nuestras propias ambiciones, y es que los avances de la ciencia y de la tecnología pueden cambiar nuestra vida, pero ese cambio puede ser a peor. Hemos querido tenerlo todo, inventar lo impensable, y resulta que todos estos inventos han acabado por sustituir a la inteligencia humana. Las personas cada vez pasan más desapercibidas y solo triunfa lo material, por no hablar del valor de las personas en función de lo que poseen: tanto tienes, tanto vales. Nos hemos convertido en clones que vivimos con total dependencia de todo lo que hemos inventado. Las relaciones personales han sido sustituidas por las relaciones cibernéticas, y  los puestos de trabajo por máquinas. Una vida muy cómoda que nos está dejando a la sombra y no nos deja valorar lo que realmente es importante en la vida. Y el problema es que nunca podremos volver atrás, ni vivir una involución, sino que cada vez la vida será más mecanizada y no creo que pudiéramos tan siquiera hacernos una idea de cómo serán las cosas dentro de algunos años.

Cada día que pasa somos más dependientes de las máquinas, y acabaremos convirtiéndonos en robots, si es que no lo somos ya.

miércoles, 20 de marzo de 2013

José Ramón Alcalá: “El arte puede colaborar en la construcción de pequeñas utopías"


El profesor y artista reflexiona sobre el arte y el mundo actual a través de las nuevas tecnologías.
Por Pilar Piqueras, Raquel Martín y Cristina Barba.

  José Ramón Alcalá, profesor de Bellas Artes en la UCLM.

José Ramón Alcalá, profesor de la Facultad de Bellas Artes de Cuenca, enfocó estas nuevas utopías en la jornada celebrada en la UCLM el pasado 14 de marzo a través del net art. El profesor es un especialista en este ámbito ya que además de ser Catedrático de "Procedimientos Gráficos de Expresión y Tecnologías de la Imagen" en la UCLM, es un artista que trabaja con nuevas tecnologías. También fundó en 1989 el MIDECIANT (Museo Internacional de Electrografía / Centro Innovación en Arte y Nuevas Tecnologías) en el Campus de Cuenca. Tras la jornada “Nuevas Utopías”, José Ramón Alcalá nos concedió una entrevista en la que habló sobre su trayectoria y su valoración del arte hoy en día.

Pregunta: Para ti ¿Qué es la utopía?
Respuesta: Alcanzar mis propios sueños. Soy artista y tengo que darles forma. Es un trabajo que mezcla mis ideales personales y mi ética, con la capacidad de dar forma al mundo, que se supone que es el arte.

Pregunta: ¿Cómo da forma al arte un artista? ¿Cómo evoluciona en el proceso?

Respuesta: He tratado que mis proyectos artísticos tuvieran relación con los nuevos paradigmas de la nueva cultura general en aras de conseguir un mundo mejor y un individuo más feliz. En concreto, soy conocido por ser pionero en las artes digitales. Todo el mundo en el que me muevo está ligado a la creencia en el uso correcto de la nueva tecnología que se pone a nuestra disposición para poder mejorar el mundo y nuestra felicidad. Siempre he estado relacionado con las nuevas tecnologías. Hace treinta años que he tratado de superar este mal comienzo que tiene toda nueva tecnología e ir un poco a lo fundamental, que son mis propias utopías. El arte es algo que tiene que llegar a todo el mundo, el artista tiene que expresarse con más claridad. Debe transmitir mejor, colaborar de manera esencial en la construcción de un mundo mejor. Ese es mi trabajo en lo relacionado con la utopía. 
Sin embargo, nos hemos hecho mayores, hemos entrado en crisis, la sociedad ha abandonado toda conexión con la cultura de antes y ahora estamos llenos de dudas, de incertidumbres y de miedos, incluso. Puede que parte de culpa la tenga la nueva tecnología en la construcción de algo tan complejo. Yo creo que todos estamos sufriendo, porque nos sentimos colaboradores en la construcción de ese nuevo mundo y responsables de haberlo hecho mal.

Pregunta: ¿Cómo está influyendo la tecnología en el arte?
Respuesta: De una manera absoluta y brutal. No hay en este momento, ninguna disciplina artística que no se haya visto afectada por el uso de la nueva tecnología. La nueva tecnología nos ha permitido llevar esta obra de al arte al otro lado del mundo, pasar de lo estático a lo dinámico y hacer de la obra cerrada, la obra abierta. Ha hecho el planeta transparente para poder interactuar con el mundo en toda su globalidad. Éstas son grandes conquistas y no podemos renunciar a ellas. Todo ha quedado afectado por la potencialidad de las nuevas tecnologías.

Pregunta: ¿El arte puede realmente cambiar el mundo?
Respuesta: Como artista no puedo cambiar el mundo, pero puedo tratar de que el arte permita que la gente sea más consciente de que tiene la capacidad de ver las cosas de otra manera. Creo que eso ya es transformar el mundo. Aunque es poca cosa, estaría más cerca de esas pequeñas utopías. Las grandes utopías ya no son alcanzables, pero las microutopías sí que están a nuestro alcance. El arte en este caso, puede colaborar en la construcción de pequeñas utopías, puede hacer a la sociedad consciente y creo esa consciencia reaviva las pasiones y amplifica los poros de la piel. Creo que un individuo que es consciente, que tiene pasión y que está atento a lo que ocurre alrededor no puede fracasar, no puede ser infeliz. En este aspecto, soy positivo en cuanto el papel del arte.

Pregunta: ¿Existe algún ejemplo que simbolice el alcance de esas microutopías?
Respuesta: Hay ejemplos. Algunos nos son tan claramente de acción social. Tienen que ver con la idea de cómo nos vemos. Hay un ejemplo que está a la vanguardia de mi especialidad, que es el Net.art. Dentro de los movimientos del Net.art (que es el arte en, de, por y para la red) hay un aspecto que son los hackers. Esta figura parece estar salido del ámbito de la política, de los movimientos sociales, pero no es así. El hacker es un artista, aunque la Net.art es algo mucho más complejo que va más allá de figuras específicas y la imagen. Algunos artistas nos ofrecen herramientas muy útiles para cosas muy importantes como han sido los movimientos anti globalización, como poner en jaque a las grandes corporaciones que hacían abuso de su poder. Esto se hace mediante proyectos artísticos o por lo menos que son concebidos como arte. Tal vez, he ampliado mucho el territorio de lo que significa el arte, pero es que ése es el dilema actual. Personalmente, esta complejidad me parece que está muy bien porque encaja en una de las máximas más importantes del arte del siglo XX: arte igual a vida. Es decir, llegar a fundir o poner muy próxima la actividad artística con la actividad diaria, con lo que ocurre en la realidad.

Pregunta: Si ya era difícil contestar a la pregunta de qué es el arte, con las nuevas tecnologías se ha añadido una nueva vertiente a este concepto. ¿Crees que estas nuevas herramientas son un lastre o una ventaja?
Respuesta: No hay lastres ni ventajas. El arte, cuando es verdaderamente arte, es contemporáneo, actual y moderno. ¿Qué significa esto? Que trabaja por y para su tiempo. Cada vez que hay una crisis social, cada vez que hay un cambio de paradigmas, cada vez que desmantelamos una cultura para implementar otra, surge un nuevo arte completamente diferente. No es mejor ni peor, ni más evolucionado ni menos, es el arte que le corresponde a su tiempo para explicar cómo era ese tiempo. El verdadero arte es el reflejo de su tiempo. Por ello, en la actualidad el arte no puede eludir qué significa espacio electrónico, ni Internet, ni imagen digital, ni comunicación global. Son consustanciales a nuestra manera de ser. Hoy, el mundo es también lo que vivimos con Internet, lo que experimentamos con  Internet. Por tanto, necesitamos la experiencia de Internet para volver al arte y que nos devuelva una mirada actualizada. Ese es el trabajo.

Pregunta: Eres el creador y director del MIDE, ¿cómo surgió la idea de crear este Museo en Cuenca?
Respuesta: En 1988, yo entré en esta Facultad como profesor asociado porque ya era un artista muy reconocido. Hacía copy-art, fax-art, utilizaba tecnologías. Al año de estar aquí, el rector de entonces Luis Arroyo me llamó y me dijo: “Oye, me he enterado por unos colegas tuyos alemanes y franceses que tú tienes y gestionas unas colecciones de arte que, a lo mejor, podrían venir aquí”. Efectivamente, yo había sido comisario de la II Bienal Internacional de Electrografía, tenía una serie de grupos artísticos funcionando a nivel internacional y tenía colecciones importantes de arte. Así que Luis me dijo: “Móntanos algo. Crea algo para la UCLM, para la Facultad de Cuenca “. Y entonces, se me ocurrió crear el Museo Internacional de Electrografía. Yo no pensaba crear un museo, yo sólo quería mostrar cosas que no se estaban enseñando en los museos ni en las galerías de ese momento, de finales de los años ochenta. Pero sí que tenía interés como profesor, como investigador y como artista en crear un centro de investigación. Entonces, fue el precio que tuve que pagar. Creé el Museo de Electrografía y al cabo de un año, mediante un convenio con Canon España y Canon Europa, metimos un montón de tecnología y creamos el primer taller de arte tecnológico en España que estaba ligado al MIDE. Ésa fue la creación del MIDE y tuvo muchísimo éxito. No tuvo ningún eco en el plano oficial porque pasaron completamente de nosotros, pero hicimos un gran trabajo. Por el MIDE pasaron los artistas más modernos, más radicales, más underground que usaban o querían usar tecnología y vinieron de Japón, de Australia, de Estados Unidos, de Canadá, de toda Europa… Ahora hay casi  4.500 obras, muchas de ellas producidas en los propios talleres del MIDE. Hubo un momento de esplendor: la Comisión Europea lo recomendó como un centro ejemplar, la Universidad estaba encantada… pero ponía muy poquitos recursos. Todo lo sacaba yo de la chistera. Y entonces, llegó un enfrentamiento político: la Diputación quiso hacerle una “vendetta” a la Universidad y la cabeza de turco fue el MIDE. Es decir, de la noche a la mañana, nos llegó una nota de la entonces Presidenta de la Diputación de Cuenca, que además era la dueña del edificio donde se alojaba el MIDE y el Vicerrectorado la Universidad, diciendo: “Mañana hay que desalojar, el edificio es nuestro. La Universidad se va a la calle”. El periplo de las obras fue tremendo porque en un día no nos dio tiempo a pararlo todo. Las colecciones fueron de aquí para allá en malas condiciones y se nos estropearon muchas de ellas. Después de doce años, hemos conseguido tener un poco de estabilidad con los talleres, con los almacenes, las obras están a disposición de la gente, hay una página web, estamos reordenado todas las colecciones…En fin, el proyecto es muy ilusionante pero hace dos años nos paralizaron los presupuestos y el taller por la crisis. Nos han quitado los becarios, los investigadores, el presupuesto… El MIDE es otra de las víctimas de esta terrorífica situación que estamos viviendo, pero el proyecto está ahí y nosotros seguimos vivos.

Pregunta: ¿Crees que se volverá a abrir?
Respuesta: Si tuviéramos un edificio sería posible, pero alguien nos tiene que ofrecer un espacio donde poder colgar las obras, donde poder mostrar las cosas. En la red sí que estamos. Estamos trabajando con la web haciendo una asociación y poniendo todo a disposición de los investigadores y del mundo en general. Estamos reescribiendo, porque esto es muy importante, estamos poniendo en valor la colección porque hay que tener en cuenta que el arte conforme va pasando el tiempo va determinándose si va a pasar a la historia o no. Nadie sabe de lo que estamos produciendo, lo que quedará para la historia y lo que no. De hecho, el arte que consideramos maravilloso es el que estaba despreciado a fecha de estar vivos esos pintores, entonces hoy nos pasa lo mismo con la colección. Emites una colección espectacular hecha a tope de riesgo, es decir, apostamos por lo que nadie quería, apostamos por las prácticas más experimentales y más revolucionarias. Estamos poniendo en valor y nos damos cuenta de que hay un porcentaje pequeño pero que es muy importante, y que si sabemos hablar de él, de esa pequeña porción de obras que asesoramos en nuestra colección, probablemente podremos aportarle a la historia del arte de la segunda mitad del siglo XX materiales inéditos que no se contaban. Esa es nuestra pretensión en estos momentos. Es verdad que el porcentaje es pequeño, pero de cuatro mil y pico obras un diez por ciento son cuatrocientas obras, que es mucha obra. Mucha obra hecha por japoneses, por alemanes, por americanos… Que lo que tenemos que saber hacer, y aquí dependerá nuestra inteligencia y sabiduría, es escribir bien esta historia, decir exactamente por qué consideramos que es importante. Que esas obras que están ahí y son desconocidas, por qué son importantes. No son desconocidas para los especialistas, para ellos son muy conocidas, pero son desconocidas para el ambiente en general, porque nadie ha escrito una historia del arte de estas cosas. Y ese es nuestro trabajo ahora, es un trabajo ilusionante, que nos apasiona y que en el fondo es lo único que podemos hacer a coste cero, que es lo que hay. Pero ahí estamos, utopías.  

viernes, 15 de marzo de 2013

Nuevas utopías: pensar y construir desde la diferencia

El 14 de marzo tuvieron lugar en el Aula Magna de la Facultad de Bellas Artes  las jornadas sobre nuevas utopías promovida por la Facultad de Periodismo de Cuenca.

Las jornadas arrancaron a las 11:00 de la mañana con la conferencia This is Tomorrow de Francisco Jarauta, Catedrático de Filosofía por la Universidad de Murcia. Antonio Fernández fue el encargado de presentar a Jarauta, que comenzó su intervención haciendo una pequeña alusión al día de huelga que acontecía, diciendo que “la mejor poesía es la acción”. El catedrático abarcó cuestiones sobre el impacto de la revolución tecnológica en la era en la que vivimos, e hizo pequeñas comparaciones entre el pasado y presente acompañado de mucho humor. No pudo evitar hablar del modelo informativo de hoy en día, potencialmente influyente en la sociedad, y de cómo el mundo se ha vuelto cada vez más complejo siendo las instituciones de hoy en día “absolutamente insuficientes”. Jarauta manifestó la idea de que pronto llegará un estallido social, y concluyó su ponencia hablando de la torre de Babel y afirmando que “no podemos ausentarnos de la ética del proyecto”.

De izquierda a derecha: José Ramón Alcalá, Francisco Jarauta,
 Antonio Laguna, Francisco Javier Espinosa Antonio Fernández.
 Fotografía: Cristina Barba.

A las 13:00 horas, la mesa redonda titulada Tres miradas desde la utopía contó con la presencia de Antonio Laguna, Profesor y Decano de la Facultad de Periodismo de Cuenca, José Ramón Alcalá, Catedrático en la Facultad de Bellas Artes de Cuenca, y Francisco Javier Espinosa, Profesor de la Facultad de Periodismo de Cuenca.
Laguna fue el primero en tomar la palabra. Definió la utopía como alternativa del capitalismo, que quedó atrás por la irrupción de la llamada sociedad de la información. Hizo alusión también a las ciberutopías, y explicó que “la tecnología puede cambiar la vida, pero ese cambio puede ser a peor.”

Después, Espinosa habló de la utopía como un sentimiento que “puedes abordar con anhelo y esperanza, o con miedo”. Para finalizar su aportación, cuestionó quién puede ser utópico, e hizo referencia a importantes personalidades, entre ellos Voltaire.
Jose Ramón Alcalá fue el último en hacer su aportación, y enfocó el tema a través del arte. Presentó varias utopías del arte tecnológico mediante diferentes diapositivas, y concluyó con un vídeo en el que demostró cómo el arte puede transformar el mundo.
La jornada finalizó con varias preguntas del público asistente a todos los participantes de la ponencia.

jueves, 14 de marzo de 2013

Ventajas e inconvenientes de la nueva era periodística.

Fuente: http://jose-maria-naturalmente.blogspot.com.es/
El artículo Adiós a la era de los periódicos (se inicia una nueva era de corrupción) de Paul Starr refleja, como su propio nombre indica, la manera en la que estamos llegando al fin de la prensa escrita y las consecuencias que esto supone. Aunque habla de la situación en Estados Unidos, no es una realidad muy lejana a la que atraviesa el resto del mundo.

Es innegable que vivimos en una etapa en la que las tecnologías cada vez están más inmersas en nuestras vidas. La prensa escrita que ha sido protagonista durante tantas décadas como fuente principal de información, está quedando a la sombra de los nuevos medios.

Desde la aparición de Internet, los periódicos están sufriendo una intensa recesión que incluye la caída de circulación e ingresos por publicidad, o la pérdida de la costumbre de comprar el periódico diariamente. La crisis no hace otra cosa más que intensificar esta recesión. Internet ofrece grandes ventajas a la hora de encontrar información, ya que podemos leer periódicos digitales de forma gratuita. Pero no todo son ventajas: cualquiera puede publicar informaciones, a través de blogs u otras plataformas, y puede que en determinados momentos no sepamos diferenciar lo que es información oficial de lo que es mera opinión.

Por otro lado, la televisión y la radio son otra fuente de información de fácil y económico acceso, además de ser medios más atractivos, pero se muestran en desventaja con la prensa: mientras que los periódicos pueden ofrecer gran número de noticias, la televisión y la radio solo disponen de tiempo para profundizar en una selección de estas, y siempre las más atractivas, ya que además de noticiarios también hay otros espacios (como el entretenimiento).

Con la llegada de todos estos avances los pequeños diarios se están viendo obligados a buscar estrategias para sobrevivir, como disminuir el número de publicaciones o los días de reparto, pero en muchas ocasiones el único remedio a esta solución es el cierre de sus empresas. Esto provoca que la información se concentre en manos de unos pocos y sea más fácil que la información sea manipulada en función de la línea ideológica de cada editorial. Este artículo muestra muchos ejemplos interesantes en el extranjero, pero la realidad es que esto pasa tanto allí como aquí. Los primeros diarios que sufren estas consecuencias son los locales o regionales, es decir, los pequeños periódicos que dependen de los ingresos de publicidad y las ventas, y se están viendo en una situación grave para subsistir. Esta situación desencadena en un aumento de la corrupción ya que son unos pocos los que mueven los hilos de la información. Cuanta mayor financiación tiene la prensa, menos necesidad tiene de destapar escándalos, pero si tiene una fuerte dependencia de inversores. Es entonces cuando comienzan los problemas éticos por si la publicación de una determinada información puede perjudicar a alguno de sus inversores y la decisión de publicarla o no. Es por ello que cuanta más dependencia tiene un diario de sus inversores, más se ve involucrado en este tipo de problemas.

Pero no solo estamos hablando de corrupción en el sentido del negocio, también debemos analizar la “corrupción del periodismo en sí” como bien dice Starr. Es difícil diferenciar en Internet lo que es un portal de noticias de lo que es un blog. Hoy día cualquiera puede escribir, por lo que la profesión de periodista puede verse vulnerada.

También podemos observar que la televisión ha hecho, como ya hemos visto anteriormente, que aparezcan nuevos temas de entretenimiento, por lo que los espectadores pueden elegir si ven noticias u otros canales con otro tipo de información. En Internet el público se encuentra más fraccionado y puede centrarse únicamente en un conjunto de informaciones, dejando que  el resto pase desapercibido. En cambio el público de la prensa es más amplio. Aunque hayas comprado el periódico por un tema en concreto, puedes ojear por encima el resto de noticias e interesarte inconscientemente. Según el artículo de Starr, los consumidores de noticias están más afiliados a partidos políticos y más puestos en la actualidad que los que han cambiado las noticias por el entretenimiento. Además de disminuir el número de compradores de periódicos, con estos nuevos medios emergentes también ha disminuido el número de seguidores de noticias. Ahora se prefieren las noticias masticadas de la televisión, esa pequeña selección en ocasiones “sensacionalista”, y se olvidan el resto de noticias que quedan fijas en los periódicos.

Pero volviendo al tema del detrimento de la prensa escrita, también cabe decir que los periódicos han marcado sus propias estrategias para que sobreviva el más fuerte. Los diarios que conseguían eliminar la competencia, subían posteriormente sus precios. Los anunciantes, por su lado, comienzan a interesarse por Internet antes que por los periódicos ya que no les supone ningún costo. Además Internet le da un gran beneficio a los periódicos, y es que éstos pueden extenderse y darse a conocer a nivel mundial.
Todas estas innovaciones en el periodismo afectan, además de al público, a los propios profesionales, ya que con la simplificación del trabajo se produce un descenso de plantilla y trabajadores.

En definitiva, antes leer el periódico era un acto “sagrado” por decirlo de alguna manera, ya que era la mayor fuente de información, pero con la aparición de las tecnologías esa concepción se está perdiendo. Como solución, algunos periódicos se han apoyado en organizaciones sin ánimo de lucro, pero tampoco parece ser el fin del problema. Los lectores cada vez están más concentrados en la prensa nacional, y el cierre de los diarios regionales o la disminución de sus publicaciones no hace otra cosa que propiciar esta concentración. Con esto se está disparando un monopolio de información, además de los medios con declive ideológico. Aunque hoy en día podamos encontrar cualquier información en la red, la prensa oficial no debe desaparecer, porque siempre será la más fiable.

lunes, 11 de marzo de 2013

La vida, puro espectáculo.

La cortina de humo es una película que muestra de un modo excesivo el poder que pueden llegar a tener los medios de comunicación. El argumento de esta historia es cómo para ocultar un escándalo del presidente a pocos días de las elecciones, se monta una guerra ficticia.

El presidente es acusado de abusar de una joven universitaria, y a sus asesores no se les ocurre otra cosa para que la noticia pase desapercibida que crear una guerra en Albania. Para apoyar los hechos graban imágenes en un plató utilizando el croma y a una actriz, e incluso inventan un soldado que llega a convertirse en héroe tras estar secuestrado y morir en esta guerra. Lo tienen todo bajo control.

Portada de la película 'La cortina de humo'
La película genera en cierto modo, miedo. ¿De verdad vivimos en un mundo tan ficticio? ¿Pueden con esa facilidad crear una guerra de la noche a la mañana? Lo cierto es que los medios de comunicación son seguidos por todos los ciudadanos en masa. Lo que sabemos, es gracias a ellos, así que si queremos estar informados, no nos queda más opción que creer lo que nos muestran. El papel de los medios de comunicación es importantísimo y un bien del que nadie querría prescindir. El problema llega cuando éstos medios son controlados por gobiernos u altos cargos que juegan con la información a favor de sus intereses. Es entonces cuando nos venden una imagen imparcial de la realidad que nosotros generalmente creemos y aceptamos. Incluso nuestras ideas se forman según lo visto y escuchado en medios de comunicación, y nuestra cultura de la actualidad proviene de la información que estos medios nos proporcionan. Nos muestran la información como si de propaganda se tratara, y nosotros mordemos el anzuelo.

Entonces, ¿hay algún modo de escapar de esta manipulación? Lo cierto es que no, ya que si un hecho no lo hemos visto en televisión, ni escuchado o leído en radio o prensa, es que no sucedió para nosotros. ¿Cómo si no vamos a saberlo? Así que siempre seremos dependientes de los medios y únicamente conoceremos la realidad que los que mueven las cuerdas ahí arriba nos transmitan.

Y cabe mencionar también aquí a los periodistas. ¿En qué se han convertido? ¿Son informadores o manipuladores? El periodismo es un pilar fundamental de la democracia para que todos los ciudadanos estén al tanto de lo que está ocurriendo, pero la profesión periodística se ve degradada por este control social. ¿Cómo vamos a fiarnos si cada medio actúa bajo los intereses de una línea ideológica? Ni siquiera los periodistas pueden ser objetivos a la hora de informar ya que deben cumplir con esa línea editorial del medio en el que trabajan, coincidan o no con ella.

En conclusión vivimos en un mundo en el que los medios de comunicación juegan un papel importantísimo, y más aún los gobiernos y las grandes empresas, que son los que mayoritariamente le dan vida a estos medios. La dependencia entre medios-empresas siempre estará ahí y mientras esto ocurra las informaciones estarán desviadas hacia ciertos intereses. Saben a quién van destinados los mensajes, cómo posiblemente reaccionará la audiencia, y sobre todo, saben cómo ganársela.

jueves, 7 de marzo de 2013

Corrupción en calumnia y difamación.

Los hombres que no amaban a las mujeres es el primero de los libros que componen la trilogía Millenium. Es obra de Stieg Larsson, y fueron publicados al poco tiempo de su fallecimiento.

  Portada del libro 'Los hombres que no 
  amaban a las mujeres'
En este libro el autor nos presenta a Mikael Blomkvist, un 
periodista de investigación que funda junto a su amante la revista Millenium. En ella se dedican a destapar trapos sucios y casos de corrupción en el mundo de la política y las finanzas, hasta que Mikael es acusado por calumnia y difamación por parte de un gran empresario, Hans-Erik Wennerström. La información para sacar a la luz sus negocios sucios se la facilitó un viejo amigo, y por supuesto no podía revelar su fuente. Tras el juicio, Mikael fue condenado a tres meses de prisión y ciento cincuenta mil coronas de indemnización por daños y perjuicios. Sin embargo, aun conociendo la sentencia, siguió manteniendo sus ideas sobre el empresario que acababa de mandarle a prisión.

Lamentablemente, casos de corrupción los hay todos los días y en todas partes, y el desmantelarlos es algo realmente difícil. En numerosas ocasiones, estos fraudes saltan a la vista, y si no, ¿Cómo alguien que ha tenido siempre un sueldo similar al de la media del resto de ciudadanos, consigue un puesto en política, por ejemplo, y de la noche a la mañana se nutre de bienes inmuebles de lujo y caprichos? Ocurre delante de nuestras narices, pero nadie tiene las pruebas consistentes para denunciar los hechos. Un periodista que intente mostrarle al resto del mundo un escándalo pone en juego no solo su vida sino también la de quien le rodea.

Por otro lado, difamación y calumnia son delitos en la profesión periodística. Ser acusado de ello puede envolverte en un serio problema, sin embargo hay que diferenciarlas bien. La difamación se trata de la transmisión de información falsa acerca de una persona con ánimo de dañar su honor, mientras que la calumnia es la imputación falsa a una persona aun sabiendo que es un hecho falso. No creo que una persona que arriesgue tanto de su vida para destapar algo que considera injusto según toda la información recaudada lo haga a sabiendas de que es un hecho falso. Aun así, si un periodista no posee las fuentes necesarias es recomendable hacer una mejor investigación antes de publicar cualquier cosa.